miércoles, 27 de octubre de 2010

Movimiento de Plantación de Iglesias: FILOSOFÍA DE LIDERAZGO

Movimiento de Plantación de Iglesias: FILOSOFÍA DE LIDERAZGO

4 comentarios:

David Rojas De Ita dijo...

Comentario Capítulo Seis de Sembremos iglesias saludables:
¿Qué persigo al establecer una nueva obra? Parte 2


En este capítulo se exponen cinco funciones vitales que una iglesia, establecida o nueva, debe tener y buscar suplir. La diversidad de ministerios depende de cada congregación, de sus objetivos, su misión, visión y necesidades de su entorno; sin embargo hay cinco áreas de ministerio que deben cuidarse y darles prioridad, pues en mi opinión –y creo que también la del autor del capítulo- abarcan o engloban los demás ministerios. Estos son los siguientes:

1. Proclamación: Es anunciar al mundo quién es Dios, quién es Cristo y lo que significa su obra realizada por amor a nosotros. La proclamación puede y debe ser de manera verbal, con nuestras palabras y predicación, y, sobretodo, testimonial. Estas dos se complementan pues nuestra vida respaldará lo que predicamos.

2. Enseñanza: La enseñanza en la iglesia tiene el propósito de transformar vidas, de dejar el viejo hombre atrás y andar como nuevas criaturas en Cristo. Tiene que ver con el seguimiento en el discipulado y capacitación para ser de edificación y bendición a la iglesia proveyendo enseñanza y doctrina bíblicas y relevantes a la vida cotidiana.

3. Servicio: La manera práctica de vivir el cristianismo y reflejar lo que hemos aprendido es a través del servicio integral a los demás. En este se aprende humildad, se estimula el amor y se avanza a la madurez impactando a la sociedad mostrando el amor de Dios.

4. Compañerismo: El cristianismo se vive junto a otros creyentes. En esta área es donde podemos conocernos, apoyarnos, edificarnos, exhortarnos, aprender el perdón y amarnos más profundamente a pesar de nuestras diferencias.

5. Adoración: Algo que debe caracterizar a la iglesia es la adoración verdadera a Dios. Este es uno de los elementos fundamentales que una iglesia debe tener. La adoración es algo que debe ser cristocéntrica estando consciente de que no hay una descripción tajante en cuanto al estilo de adoración en la Biblia, por lo que la adoración puede ser contextualizada, intercultural, contracultural o transcultural no perdiendo el objetivo que es honrar a Dios por su persona y por lo que ha hecho.

Debemos considerar que estas cinco funciones deben girar alrededor de la gloria de Dios y tener su centro en Cristo.

David Rojas De Ita dijo...

COMENTARIO CAPÍTULO 8 DE MOVIMIENTOS
DE PLANTACIÓN DE IGLESIAS: AMÉRICA LATINA

Los movimientos de plantación de iglesias en América Latina no se han dado en gran número por diversos factores, algunos de estos son los siguientes:
• La resistencia cultural y política de muchos países influenciados por la tradición católica heredada por la conquista.
• Ver al cristianismo evangélico como una renuncia a la cultura nacional para abrazar una cultura extranjera.
• La dependencia excesiva del extranjero, especialmente de Estados Unidos.
• Poco desarrollo de liderazgo local.
• No contextualizar el evangelio.

A pesar de que los movimientos de plantación de iglesias no son muy comunes ni numerosos están teniendo un despertar que podríamos llamar progresivo. El evangelio en América Latina ha tenido que enfrentarse a la tradición católica, oposición cultural, además de las circunstancias difíciles que enfrenta cada país de esta región como la inseguridad, el desempleo, la pobreza, entre otras.
Estas cosas que podemos ver como dificultades u obstáculos en muchas regiones de América Latina han servido para impulsar el avance del evangelio. Los obstáculos que se han presentado han resultado en oportunidades para expandir el reino de Dios, pues en medio de un ambiente desalentador la gente busca esperanza y paz, las cuales sólo pueden encontrar en Cristo.
Ante la negativa de permisos para construcción de templos, aspectos culturales y geográficos, el cristianismo en América Latina ha tomado más la estructura de casas culto o grupos pequeños en los que ha podido desarrollarse y crecer ofreciendo una opción menos amenazadora para los inconversos, pues llegan a encontrarse con un ambiente más ameno donde puede desarrollarse la confianza de una manera más rápida y el trato es más relacional. En muchos casos se han adoptado formas distintas a las que los misioneros usaban.
La contextualización del evangelio ha roto barreras culturales, en especial entre los grupos étnicos. La traducción de la Biblia, hablar el idioma de la región y el desarrollo de líderes locales han permitido que el evangelio crezca y se estén dando movimientos de plantación de iglesias iniciados por los mismos latinos. La independencia del extranjero puede ser cada vez una realidad más cercana. Necesitamos aprender a trabajar juntos como iglesia latina, desarrollar nuestros propios recursos y líderes y no depender siempre de Estados Unidos o de algún otro país. La ayuda extranjera puede parecer la solución a los problemas; sin embargo es tiempo de ver qué es lo que Dios quiere hacer en la iglesia y a través de la iglesia en América Latina y empezar a dar saltos de fe confiados en Dios y dependiendo de él en todo momento.

David Rojas De Ita dijo...

COMENTARIO CAPÍTULO SIETE SEMBREMOS IGLESIAS SALUDABLES:
¿QUÉ DEBO HACER PARA SEMBRAR UNA IGLESIA?

Siempre estamos tentados a seguir una serie de instrucciones para realizar algo con la esperanza de que alcancemos los objetivos planteados. En la plantación de iglesias no es la excepción. La plantación de iglesias es todo un proceso y una guía sobre los pasos a realizar nos es de mucho beneficio, pero esta sólo puede ofrecer principios a seguir. No podemos copiar todos los pasos y tener éxito, no en la mayoría de los casos, pues cada situación es diferente, debemos ajustarnos al contexto y trabajar con lo que tenemos.
En este capítulo Timoteo DeVries nos ofrece directrices que podemos seguir cuando estemos plantando una nueva obra. Son funciones que no pueden faltar, aunque el mismo autor declara que los principios son los que se deben imitar, las formas varían de un contexto a otro, de una situación a otra.
Se necesitan habilidades y conocimiento. Los “pasos a seguir” son estos dos elementos. Todo el proceso requiere de un conjunto de habilidades y conocimientos usados a la vez. Todo plantador requiere emplear estas dos cosas y trabajar con el fin que quiere alcanzar en mente. Durante todo el tiempo de trabajo se irán agregando los elementos necesarios para progresar, mientras no hay que presionarse por introducir nuevos componentes.
No podemos imitar o aplicar todos los métodos tradicionales a un determinado contexto. Tenemos que encontrar una forma creativa e innovadora de presentar el evangelio y llevar a la persona al crecimiento. Si hay algún método que se ha usado con anterioridad en ese entorno, no es necesario desgastarnos encontrando otros métodos, podemos usarlo para obtener buenos resultados. Necesitamos medir el progreso y en base a ello hacer los ajustes necesarios para avanzar. Todo lo que hagamos tiene que estar centrado en la Palabra de Dios.
El primer paso del plantador es hacer nuevos contactos, llevarlos a Cristo y establecer relaciones firmes con ellos. Necesitamos llevarlos a Cristo y hacerlos crecer exponiéndolos a la Palabra para que tengan un encuentro con Cristo que transforme sus vidas. Tenemos que hacer grupos pequeños de estudio donde se crezca en la Palabra y se fortalezcan relaciones, una vez que éstos estén funcionando con regularidad hay que llevarlos al compromiso de formar la nueva iglesia.
El trabajo del plantador es también identificar líderes que puedan sustituirlo. Cada miembro debe ser motivado a descubrir y desarrollar sus dones en distintas áreas. En este proceso se podrá identificar a los posibles líderes. Cuando la iglesia es lo suficientemente madura y estable el plantador puede dejar la obra a cargo de los nuevos líderes e irse a plantar otra obra.
La iglesia que empieza cultos de adoración no debe suspenderlos, pues empieza a ser un testimonio público del cuerpo de Cristo trabajando en la tierra para la gloria de Dios. Todo el culto de la iglesia debe estar centrado en la Palabra de Dios, tanto en su lectura como en su estudio; en el culto debemos alabara a Dios proclamando quién es y lo que ha hecho, devolver a Dios una parte de lo que él nos da.
La iglesia debe tener un ministerio integral, es decir, ser de testimonio en la comunidad atendiendo, en lo que sea posible, las necesidades físicas y espirituales. La iglesia debe imitar a la iglesia primitiva del primer siglo, la cual se daba a conocer por sus hechos. La iglesia debe ser un impacto en la comunidad y ejercer influencia. Así podrá atraer a los que no conocen a Cristo. La iglesia también debe buscar al perdido. Sólo si la iglesia regresa a tener un ministerio integral podrá darse a conocer al mundo. La nueva obra establecida será sal y luz donde se encuentre siempre y cuando siga a Dios y lo tenga a él como prioridad y al único que quiera adorar y darle gloria.

David Rojas De Ita dijo...

COMENTARIO CAPÍTULO 14:
LOS SIETE PECADOS MORTALES.


En la plantación de iglesias se presentan muchos obstáculos, muchas veces estos son desarrollados por el mismo plantador. El plantador o equipo plantador de iglesias debe observar las dificultades presentes en el trabajo de establecer una iglesia y reconocer el problema. Al examinarlo detenidamente se podrán observar las causas de este y actuar para hacerle contraparte.
Los obstáculos originados por el mismo plantador son:
1. Tener una visión borrosa. No se puede apuntar a lo que no se puede ver. Cuando no hay una visión definida, el trabajo a realizar será vago, pues no hay un objetivo mayor firme. Se necesita tener una visión definida, todos los esfuerzos y trabajos tendrán el fin de llegar a esa visión.
2. Intentar mejorar la Biblia. Muchas veces agregamos más cosas de las establecidas en la Biblia a la fe cristiana o intentamos hacer un manual o documento que esté a la par de la Biblia, con esto decimos que la Biblia es incompleta e irrelevante en muchos aspectos. Sin embargo, vemos que sólo ella es inspirada completamente. No hay error en ella y es la única a través de la cual Dios transforma vidas. La Biblia es la mayor herramienta que necesitamos.
3. Seguir una secuencia. En muchos casos queremos seguir un patrón de instrucciones que nos den el éxito al llevarnos al objetivo que buscamos. Esto es imposible, ya que cada situación es diferente. Podemos tener principios y directrices generales, pero en el proceso iremos haciendo las variaciones convenientes para alcanzar el objetivo planteado. No podemos depender de pasos o guías, sólo podemos depender de Dios en todo el proceso de plantación.
4. Sal insulsa. Cuando el cristiano y/o la iglesia dejan de ser sal al mundo el testimonio del cuerpo de Cristo deja de impactar y es totalmente irrelevante. Desprestigia la persona y obra de Cristo. Tenemos que evaluarnos y ver si estamos reflejando a Cristo en nuestro entorno, debemos evaluar si somos de impacto donde nos encontramos. Sólo venceremos a la sal insípida con un testimonio que influya y sea relevante a la comunidad.
5. Golosinas del diablo. En nuestra vida cristiana tenemos muchas tentaciones, el ministerio no es la excepción. En el ministerio pueden presentarse distintas distracciones y/o tentaciones que a simple vista no son malas ni pecaminosas; sin embargo, pueden alejarnos de nuestro llamado o de nuestra comunión con Dios. Todo cristiano debe evaluar su vida y lo que está haciendo, si es de edificación, si contribuye a su llamado, si le ayuda a crecer en su relación y comunión con Dios. Todo lo que no cumpla con esto hay que rechazarlo, aunque parezco bueno o el fin sea noble.
6. Secuestro foráneo. El ministerio muchas veces se sostiene por ayuda extranjera, esto es una gran bendición, pero debe tener un límite. Más específicamente enfocado en la plantación de iglesias, el plantador debe levantar la iglesia y sustentarla con menos recursos extranjeros posibles o al menos ir disminuyendo éstos. La iglesia debe de aprender a sostenerse por sí sola y no sólo recibir, sino también debe aprender a dar y desarrollar ministerios independientes y autosustentables.
7. Culpar a Dios. Todo el proceso en la plantación de iglesias cuenta con participación divina-humana. No podemos desligarlas. Dios es el que hace la obra, pues es para su gloria, nosotros sólo somos instrumentos en sus manos. No podemos dejar fuera a Dios del proceso y tampoco podemos dejarlo todo a él. Él tiene el poder para hacer su obra, y de hecho la hace, pero nos ha elegido para ser participantes de él en su historia.

El autor de toda la obra es Dios, de él depende todo, incluidos nosotros. Él ha decidido hacernos partícipes en su obra y usarnos para reflejar su gloria. Cada obstáculo que se presente será superado si nos aferramos a Dios y mantenemos una constante y estrecha relación, comunión y dependencia de él.